lunes, 25 de febrero de 2013

Desde el Taller: Monotipo


En grabado, se llama monotipo a una impresión única, ya que la matriz no es susceptible de reproducción; o sea, no tiene nada “grabado” con ácidos ni herramientas, sólo se trabaja con la tinta y variaciones de materiales, sobre una superficie entintada que luego se estampa por única vez, cuando la tinta aún está fresca.
Su etimología responde a uno: (mono) y tipo: (letra, matriz para imprimir).
Se diferencia de las otras técnicas de arte gráfico, por la más específica y genuina de sus características: la multiplicidad. Al no haber una matriz que pueda volver a entintarse de igual manera y reproducirse, se produce la única estampa.
Su invención está atribuida a Giovanni Benedetto Castiglione (Génova 1609-1665), los primeros experimentos se suponen realizados por Hercules Seghers (1589-1638), con color y trabajando a mano algunas de sus ediciones.
Rembrandt también lo usó como medio de acabado para sus grabados, y William Blake (1757-1827) se dedicó a ilustrar sus conocidos y hermosos libros, ocultando el procedimiento que utilizaba.
En el siglo XIX y tuvo fervientes seguidores: Whistler, Gauguin y sobre todo Degas, que exploró la frescura e inmediatez de la técnica, contagiando a otros como Pisarro, Mary Cassat o Tolouse Lautrec.
Otros artistas de finales del XIX y principios del XX fueron Klee, Bonnard, Picasso, Matisse, Chagall y más actualmente Jasper Johns o Robert Raushemberg.

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